Panamá (A Judith Lorena)

Hermosa, solidaria, construida a golpes de fuerza, con intervenciones y desazones, pero con el amor de su gente, de su pueblo. Así se alza entre dos mares un país hermano.  Describir sus bellezas llevaría demasiado tiempo. Describir sus playas, sus calles bañadas de palmeras, sus altos edificios, su casco histórico, llevaría demasiado tiempo. Describir lo cosmopólita del causeway, de su ancha avenida Amador, de sus marinas y restaurantes, llevaría demasiado tiempo. Pero describirte a tí, que naciste en su tierra, que adornas con tu hermosura sus mañanas, sus tardes y sus noches llevaría toda una eternidad. 

Conocerte ha sido un privilegio, un regalo, un bálsamo para la agitada y conflictiva vida.  Conocer tu historia, tu lucha contra la ignominia, la violencia sexual que experimentaste de niña en manos de una persona que debía cuidarte, protejerte y conocer la historia de violencia que sufriste en manos de quien te robo el corazón un día y luego se ensañó contigo. Conocer tu lucha por la vida, tu lucha contra el cáncer, tu deseo de amar, de vivir, de ser amada... de verdad Canalerita, que conocerte ha sido un verdadero privilegio.

¿Recuerdas la noche que nos acostamos tarde mientras nos escribiamos? Esa noche descubrimos la magia, descubrimos como podían dos seres humanos conectarse de la nada y para siempre.  Desde entonces el saberte me acompaña, el saberme te acompaña.  Hemos aprendido a vivir nuestas vidas entrelazadas en la distancia. A crear momentos y espacios, a crear realidades fantásticas. hemos aprendido a reir y llorar juntos, a compartir tu enfermedad y mi tristeza. pero hemos aprendido a hacerlo, por sobretodo, riéndonos juntos, queriéndonos lejos.  De verdad admiro tu entereza, tu lucha por no dejarte vencer por lo que te afecta. Tu capacidad para reir y para sobreponerte. Muy pocas personas aguatarían lo que tú has vivido, por  lo que has pasado. la lucha contra el cáncer no es fácil, tiene su costo, pero allí estás, firme y decidida a salir adelante, por tí y tu galletita, como le dices a Andréa.  Hasta donde me dejes, seguiré estando a tu lado, batallando juntos contra el cáncer y por la vida.  Te llevo en el alma, eso, canalerita preciosa, no lo dudes.

Panamá tiene sus encantos, de verdad es un lugar maravilloso, sus mares, su gente, su ciudad y su salsa. Panamá tiene sus encantos, pero el mayor de sus encantos eres tú. No lo dudes, pero ni por un segundo.