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jueves, 6 de mayo de 2010

Libertad de Expresión

-Hola, buenos días. ¿Cómo te va, cómo has estado?-. Me sorprende escuchar tu voz después de tanto tiempo. Tenía siglos (exageraciones chapinas, nos gusta hablar o en diminutivo o exagerándolo todo) de no saber de vos amiga mía. Me encanta que me hayas llamado, me encanta poder ponerme al día de tu vida, de lo que has hecho o dejado de hacer. Me entristece saber que la cosa con Rodolfo no funcionó, que tus hijos están bien, que el colegio se olvida que allí mandamos a los hijos para estudiar, pero nos devuelven el chorro de tareas para que nosotros las hagamos con ellos (y en muchos casos, por ellos).  Hablamos largo y tendido y de repente me decís la verdadera razón de tu llamada. Este blog y los temas que abordo. Me decís lo que pensás, sin tapujos.  No te gusta, muy radical te parece. ¡y yo equivocado que estaba creyendo que me estaba moderando demasiado! No te gusta en especial el de ayer, te parece que se me fue la mano. Me decís que crees que me equivoco al escribir y dejar que otros (y en tu caso otras) lean mis locuras, mis "subversivas ideas". Me decís que es muy político, que preferirías leer en este espacio mis cuentos y poemas, que con eso te identificás más. Nos enfrascamos en un debate ideológico, te escucho, me escuchas...por momentos nos alzamos la voz, para poder oírnos el uno sobre la otra.  Y al final, nos despedimos, con el compromiso serio de seguir debatiendo. Me decís al final de todo "-amigo, si dejás de escribir por lo que te dije, te mato-" y termino riéndome con vos por tus ocurrencias.
Al final de cuentas amiga mía, de eso se trata la libertad de expresión, de que vos digás lo que pensás, que yo te replique lo que pienso, y que al final de todo, y por sobretodo, estemos de acuerdo en estar en desacuerdo.  Dejáme expresarme libremente, y sentíte con todo el derecho de llamarme y darme una puteada porque no te gustó lo que escribí, que yo me sentiré en todo el derecho de devolverte la puteada por decirme sobre que debo escribir y sobre que no. Eso es lo que me gusta de vos, tu franqueza, tu sinceridad y tu compromiso. No comulgamos en ideas, eso, vos y yo, lo sabemos desde antes, pero nuestra amistad se cimenta en el respeto y tolerancia que mutuamente nos tenemos.
Te agradezco tu llamada, me dio el tema para escribir hoy día. Casi nadie lo sabe, pero hace tan sólo tres días se celebró el día internacional de la libertad de expresión. Y aunque a muchos no les guste (sobretodo a los que están en el poder, ya sean de derecha o de izquierda ) el derecho a la libre expresión es un derecho humano, consagrado en la declaración universal de los Derechos Humanos y en todas las constituciones humanistas del mundo entero, entre ellas la de Guatemala.  Y no hay mejor forma de expresar ese derecho que escribiendo lo que se piensa,lo que se siente, lo que se quiere. ¡Lástima que la intolerancia siempre se manifieste!  Lástima que no exista ese compromiso de respetar las ideas!
Diariamente mueren, en el mundo, miles de personas sólo porque decidieron ejercer el derecho a pensar diferente. Diariamente encarcelan a personas porque decidieron ejercer el derecho de opinar diferente.  En muchos lugares asesinan a periodistas por escribir lo que sucede, por investigar la cosa pública, por atreverse a hablar en contra de la corrupción y del gobierno. Diariamente se ven hostigados por funcionarios públicos que no quieren que se sepa los malos manejos que hacen con los recursos del pueblo.  A diario jóvenes son censurados en las universidades por alzar su voz en descontento, por manifestar y exigir sus derechos. ¡Llegamos al colmo de decir que eso es holgazanería! El derecho a la libertad de expresión, es hoy en día, uno de los derechos humanos más violados.  ¡Benditos son aquellos y aquellas que por expresarse libremente son perseguidos, asesinados o encarcelados! La persona muere, pero la palabra y las ideas sobreviven. Eso es algo que los represores del mundo entero no han ni querido aceptar, ni querido entender. pero vos y yo lo sabemos. Y por eso nos entendemos. Respeto tus ideas, no las comparto, respetás las mías aunque te piquen el hígado y te saquen la bilis. 
Sé que debo esperar tu llamada esta noche. Y sé que mi pobre madre saldrá mentada. Me dirás que cómo se me ocurre escribir por lo que hablamos. Te diré que este día fuiste mi musa. me dirás que soy un pendejo y que sólo hablo pendejadas. Te diré que aún así, pendejo y todo, me querés. Y terminaremos como hoy por la mañana, deseándonos lo mejor de este mundo y riéndonos de nuestra libertad a decir lo que pensamos.  Solo te pediré una cosa: que guardemos silencio por un minuto y recordemos a aquellos y aquellas que murieron por el derecho del que vos y yo gozamos. Recordaremos en silencio a quienes partieron prematuramente de este mundo porque alguien, poderoso e ignorante, les negó su derecho a expresarse.

3 comentarios:

  1. ¡Hola Juan! ¡Lástima que no te llamé para tener una charla que motive de nuevo escribir! No me da para tanto el día... pero me alegra que expreses que del respeto y la tolerancia surge el diálogo. ¿Dónde entra la escucha atenta? ¿Dónde está la historia personal -con zurcidas y tramas tejidas de fábrica- con las que interpretas el mundo? Ahhh... y, por último, tu madre "no es pobre porque te insulten"... creo que es la mujer más millonaria por haberte dado la vida con tu padre... ¡los tres son inmensamente millonarios! Seguiré leyéndote.

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  2. Recordemos que de las opiniones encontradas nacen las mejores conversaciones. Que aburrido seria el mundo si todos pensaramos igual y gracias a este espacio por permitirme saber la tuya.

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  3. Los ideales y principios, como la libertad de expresión, se hacen vida cada minuto y cada segundo que respiramos e interactuamos. Si a esta realidad le agregamos nuestra volición y transparencia de proyectar realmente quienes somos así como nuestra integridad; se transforman en momentos sublimes como una plática que se reflexiona, se escribe, se comparte y deriva en una sonrisa de personas que valoramos todo en su conjunto. ¡Interante blog Dr.! Yvette.

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