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domingo, 16 de mayo de 2010

Sobre diversidad y desarrollo

Desde hace ya tiempo, la Asamblea General de las Naciones Unidas ha tomado la iniciativa de declarar cada año como el año de alguna causa que vale la pena resaltar. La idea es que cada Estado miembro de esa organización global, dedique tiempo, esfuerzo y recursos a generar conciencia de por qué los diversos temas son seleccionados para ser resaltados en un año específico.  Se trata, en otras palabras de ir promoviendo la conciencia ciudadana universal.  Pero la mayoría (por no decir todos) los Estados miembros de la ONU hacen caso omiso a las mismas resoluciones que ellos firman,  y no divulgan, no dan a conocer y no promueven nada en relación al tema del año. ¡Así, cualquiera asume compromisos! El primer año conmemorativo del que se tiene memoria registrada, es el año de 1959 que fue daclarado el año internacional por los refugiados. 
Este año ha sido declarado el año internacional de la diversidad biológica.  La idea, entonces, es promover el conocimiento a nivel de los países miembros, de la existencia de una normativa internacional que regula lo concerniente a la diversidad biológica, entendida como toda forma de vida que comparte un mismo ecosistema.  Y para ello, se firmó, en Junio de 1992, en Rio de Janeiro, Brasil, la Convención o el convenio sobre diversidad biológica.  Dicha Convención fue ratificada, y por lo tanto integrada a la legislación internacional obligatoria, por el Congreso de la República de Guatemala, en 1,995, mediante Decreto legislativo 5-95.
El Convenio Internacional tiene el propósito de conciliar la necesidad de conservación de la biodiversidad con la preocupación por el desarrollo, considerando aspectos de equidad y responsabilidad compartida.  La Convención en ese sentido es muy clara, y pretende conciliar aspectos del desarrollo económico de los países con la conservación adecuada de los ecosistemas y de la diversidad biológica. Y Guatemala, al ratificar la Convención, se ha comprometido a impulsar todas las acciones necesarias para la conservación y protección de la diversidad biológica en Guatemala, lo que incluye medidas preventivas en contra de la degradación del medio ambiente por acciones provocadas por el ser humano.  Y este 22 de mayo se conmemorará a nivel mundial este esfuerzo coordinado por preservar la vida en nuestro planeta. 
Pero yo me quedo con la duda si en Guatemala verdaderamente se está haciendo un esfuerzo sostenido por garantizar y promover esa diversidad biológica de la que habla la Convención,  Y mi duda surge porque a diario leo, escucho y veo reportajes sobre como las autoridades siguen aprobando licencias de exploración y explotación minera y petrolífera en Guatemala, muchas de ellas o dentro o cerca de las áreas protegidas, lo cual, según la Convención, es algo que debiera ser prohibido.  De igual manera, poca o ninguna información está disponible sobre los esfuerzos gubernamentales por estudiar el impacto de organismos genéticamente modificados, como el maíz, por ejemplo, y los efectos que puedan tener sobre el medio ambiente. 
Y aunque usted no lo crea, Guatemala si es escenario permanente de experimentos de transformación genética de muchas de sus especies de flora y fauna.  Desde plantas, pasando por granos y cuminando con peces, corren el riesgo de ser dañadas si no se siguen las normativas del protocolo de seguridad sobre especies genéticamente modificadas que forman parte de la Convención de la Diversidad Biológica.  Es un hecho, por ejemplo, que la puesta en practica de programas de mejora de camarón en países desarrollados como Estados Unidos crea la posibilidad real de que en un futuro muy cercano se tenga en Guatemala materiales genéticos transgénicos ya que los mismos teóricamente van a ser mas resistentes a enfermedades y a elementos contaminantes del ambiente así como de mejor calidad nutritiva.
Esta disyuntiva hace mandatorio el desarrollo de un protocolo de bioseguridad que contemple los riesgos de introducción de dichos materiales genéticos en función de salvaguardar la riqueza nativa presente en Guatemala. Pero me pregunto: ¿Estará esto en los planes de desarrollo sostenible de Guatemala? ¿Existen tales planes de desarrollo sostenible?  Sinceramente, creo que la respuesta es no.  Este 22 de mayo el mundo entero estará recordando esos compromisos adquiridos. El 23 sabremos si Guatemala se acordó, siquiera, que es corresponsable de ellos. 

Nota aparte: quedan ocho días para que ustedes me ayuden a decidir con que frecuencia escribir. Por favor toménse unos segundos de su tiempo para opinar en la encuesta colocada en la columna de la derecha de este blog. Nuevamente, si les gusta el blog, por favor compártanlo con otras personas. Gracias

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