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miércoles, 11 de agosto de 2010

Oxana ante el mundo

"Mi hija Oxana era una joven maravillosa y hermosa, con talento para los idiomas. Se fue de casa cuando tenía 20 años al aceptar el trabajo de sus sueños, como traductora en Europa. Nos alegramos mucho por ella. Tres semanas más tarde, la policía nos dijo que Oxana había muerto al caer de una ventana desde un quinto piso, mientras intentaba escapar de los hombres que la engañaron acerca del trabajo y la forzaron a trabajar en un prostíbulo. Me sentí morir cuando ella murió. Ahora sólo vivo para evitar que esto les suceda a otras jóvenes. Por favor, ayúdenme."
Este es el extracto de un correo que me llegó hoy, y que cuenta, en pocas palabras, el drama que sufren miles de mujeres alrededor del mundo. Oxana fue asesinada por una cruel industria que sigue creciendo a nivel mundial: la trata de personas con fines sexuales. Una gran parte de este comercio afecta a niñas y jóvenes rusas enviadas a otros países europeos y a Estados Unidos donde les espera un futuro aterrador de violaciones diarias y de brutalidad. Y en Centro América, mujeres y niñas de Nicaragua, Honduras, El Salvador y Guatemala son engañadas con ofertas de trabajo en Estados Unidos y luego enviadas a distintos países y obligadas a prostituirse en la peor de las formas de esclavitud moderna que se conozca.
La trata y el tráfico de personas son delitos que se han incrementado en forma alarmante en los últimos años, debido a las difíciles condiciones de vida en los países menos desarrollados, al endurecimiento de las políticas migratorias en los países industrializados y al hecho de que por mucho tiempo estos fenómenos no fueron considerados como un problema estructural sino como una serie de episodios aislados. La respuesta mundial frente al crecimiento de esta forma de criminalidad fue la Convención contra la delincuencia organizada transnacional firmada en Palermo en el 2000 y los dos protocolos del mismo año: Protocolo contra el tráfico ilícito de migrantes por tierra, mar y aire y Protocolo para prevenir, reprimir y sancionar la trata de personas, especialmente mujeres y niños.
Los términos "trata de seres humanos" y "tráfico de migrantes" han sido usados como sinónimos pero se refieren a conceptos diferentes. El objetivo de la trata es la explotación de la persona, en cambio el fin del tráfico es la entrada ilegal de migrantes. En el caso de la trata no es indispensable que las víctimas crucen las fronteras para que se configure el hecho delictivo, mientras que éste es un elemento necesario para la comisión del tráfico. La trata consiste en utilizar, en provecho propio y de un modo abusivo, las cualidades de una persona. Para que la explotación se haga efectiva los tratantes deben recurrir a la captación, el transporte, el traslado, la acogida o la recepción de personas.
Los medios para llevar a cabo estas acciones son la amenaza o el uso de la fuerza u otras formas de coacción, el rapto, fraude, engaño, abuso de poder o de una situación de vulnerabilidad. Además se considera trata de personas la concesión o recepción de pagos o beneficios para obtener el consentimiento de una persona que tenga autoridad sobre otra, con fines de explotación.  La explotación incluirá, como mínimo, la explotación de la prostitución ajena u otras formas de explotación sexual, los trabajos o servicios forzados, la esclavitud o las prácticas análogas, la servidumbre o la extracción de órganos.
La trata de personas es una forma de esclavitud (sexual o laboral) que involucra el secuestro, el engaño o la violencia. Las víctimas de trata suelen ser reclutadas mediante engaños (tales como falsas ofertas de trabajo u ofertas engañosas que no aclaran las condiciones en las que se va a realizar el trabajo ofrecido) y trasladadas hasta el lugar donde serán explotadas. En los lugares de explotación, las víctimas son retenidas por sus captores mediante amenazas, deudas, mentiras, coacción, violencia, etcétera, y obligadas a prostituirse o trabajar en condiciones infrahumanas.Y eso fue precisamente lo que le sucedió a Oxana.
Ella no será una víctima desconocida, porque su padre, en verdadero amor filial, ha emprendido una lucha por lograr que el Gobierno de Rusia firme y ratifique la Convención Europea del Consejo de Europa contra el Tráfico de Personas, el cual establece los más altos estándares de cumplimiento de la ley para hacer frente a los criminales que explotan el comercio sexual. Si Rusia firmase dicha Convención, casi con seguridad, miles de niñas y jóvenes podrían salvarse cada año, y esto supondría un duro golpe al negocio mundial de la trata sexual, en el que Rusia es un nexo clave. Cada año, en Europa, unas 50.000 mujeres y niñas rusas son forzadas a prostituirse en el marco de la industria de explotación sexual. Rusia representa además una importante ruta para el tráfico de niñas y mujeres que llegan a Europa desde Asia. Si Putin se involucrase personalmente en este tema, podría hacer que las autoridades rusas tomasen medidas más enérgicas, enviando así una clara señal a las redes mundiales de crimen organizado. Por Oxana, por su padre y por millones de mujeres como ella, hoy hay una campaña internacional para recaudar firmas que convenzan al Gobierno ruso de la importancia de ser parte de esa Convención. 
Es importante entender que la trata de personas es difícil detener por la naturaleza clandestina e ilegal del tráfico que se practica; por la ausencia en muchos países de una legislación específica contra la trata y trafico de personas; por la renuncia de las víctimas a revelar sus experiencias a las autoridades derivado del miedo que se les ha infundido; y por la escasa prioridad que los gobiernos conceden al acopio de datos y la investigación.
Para entender la gravedad del asunto, basta revisar los datos proporcionados por la Organización Internacional de Migraciones -OIM- , la cual revela la cifra de 700,000 como el número de mujeres que entran todos los años a Europa Occidental como consecuencia de la Trata y Tráfico de Personas con fines de explotación sexual. Asimismo, al evidenciar la magnitud del flagelo, presenta los siguientes datos:
Dos tercios de ellas proceden de países de Europa del Este; mientras que en Alemania se calcula que el 75% de las sexo servidoras son extranjeras. De igual manera, en Milán, Italia el 80% ejercen la prostitución forzada, y así en la mayoría de las ciudades europeas Los datos para Asia no son menos preocupantes: Se considera que de Asia proceden más de 225,000 al año del Sudeste asiático (Laos,Cambodia, Vietnam) y más de 150,000 de Asia Meridional (Bangladesh, India, Pakistan, etc.) Y en relación a los países que surgieron de la antigua Unión Soviética, la OIM menciona que se han convertido en los mayores  proveedores, con un tráfico de más de 100,000 personas al año, para la prostitución y la explotación sexual;
Mientras que en Europa del Este el tráfico anual afecta a 75,000 personas o tal vez más, el mayor número de víctimas proceden de América Latina, ya que entre 200,000 y 500,000 mujeres son víctimas de la Trata y Tráfico de personas anualmente. La mayoría son ingresadas a los Estados Unidos y a Europa; y, para terminar de armar un sombrío panorama, probablemente, otras 50,000 mujeres, por año, proceden del continente africano.
Y para seguir ilustrando lo terrible de esta problemática, información proporcionada por la Oficina de Naciones Unidas contra la Droga y el Delito (ONUDD) durante el lanzamiento de su campaña "corazón Azul", para crear conciencia sobre este flagelo, informa que: Permanentemente en el mundo entero hay 2.4 millones de personas que, víctimas de la trata de personas y de engaños, se ven obligadas a realizar trabajos forzados. Las mujeres y las niñas constituyen alrededor del 80% de las víctimas identificadas. La trata de niños representa entre el 15% y el 20% de las víctimas, aproximadamente. En todas las regiones del mundo se ha detectado la trata de niños y en algunos países es la modalidad principal de la trata de personas.
La explotación sexual representa aproximadamente el 80% de los casos registrados. Los expertos estiman que los casos de trata de personas registrados para trabajos forzados es muy inferior a la realidad o que, en su mayoría, sus autores son enjuiciados por otros delitos. Las Naciones Unidas estiman que el valor del mercado de la trata de personas asciende a 32.000 millones de dólares. Los datos sobre los casos registrados evidencian que la trata de personas a nivel intrarregional (en una misma región) era el tipo de trata predominante en la mayoría de los países y que la trata de personas a nivel transregional (entre diversas regiones), aunque significativa, era relativamente menos frecuente. Se detectaron casos de trata de personas a nivel nacional en al menos 32 de los países de que se disponía de información y, en algunos países, era un problema grave.
Y Guatemala no es ajena a la problemática: ya en 2009,  fue el país de América Latina donde se registró un mayor número de víctimas por explotación, según un informe de la ONU. El estudio, realizado por la ONUDD bajo el nombre "Informe global de la trata de personas", publicado ese año y con cifras de 2007, recopila la información de 155 países del mundo sobre casos que van desde la explotación sexual al trabajo forzado. Y según ese informe, En 2007, Guatemala registró, según las autoridades del país, un total de 838 víctimas: 740 mujeres, 73 hombres y 25 niños.   A pesar de las cifras publicadas, el informe advierte que el estudio está afectado por un número de limitaciones debido a las diferentes leyes que se aplican en cada país sobre la trata, en la habilidad del sistema judicial de detectar actividades criminales y en la eficiencia de cada país de registrar los casos de víctimas de la trata, algo que hace complejo el poder hacer interpretaciones sobre los datos obtenidos. Y en el caso de Guatemala, con sus subregistros y falta de datos estadísticos confiables, es de suponer que solo el 1 o 2% de los casos son reportados, por lo que saquen ustedes cuentas de la dimensión real del problema.
Creo que ya va siendo hora que como ciudadanos y ciudadanas globales, comencemos a ejercer esa ciudadanía y a demandar un alto a esa situación de explotación, esclavitud y muerte. Hoy está en nuestras manos incidir para que, al menos en Rusia, se pueda hacer algo por contener el problema. La organización Avaaz ha lanzado una campaña mundial para recolectar firmas que obliguen al gobierno ruso a ratificar la Convención Europea del Consejo de Europa contra el Tráfico de Personas y evitar asi que otras niñas y mujeres rusas pasen por el calvario y sufran la violencia y la muerte que sufrió Oxana. Yo ya me sumé a la campaña. ¿Lo harían ustedes?

(http://www.avaaz.org/es/russia_rape_trade_putin/97.phpcl_tta_sign=d73b65dc17fb72b2230e531c2b773ff5)

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