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martes, 3 de agosto de 2010

¿Y el derecho al disenso qué?

De verdad que el surrealismo de este país es algo que no deja de sorprenderme.  Uno de los principios básicos de la democracia, es el derecho al disenso, pero hay diputados del Congreso de la República que o no han estudiado qué es la democracia o creen que aún vivimos en tiempos de dictaduras militares, de un autoritarismo rapaz, asfixiante y retrógrado.  Pero además esos diputados parecen olvidarse al servicio de quien están y con acciones demuestran que son peones de las transnacionales y no servidores públicos electos por el pueblo y para el pueblo. Y les cuento por qué digo esto: con la ampliación, a todas luces ilegal, del contrato de explotación petrolera en la reserva de la biósfera maya, más concretamente en el Parque Laguna del Tigre, tres ministros razonaron su voto y no firmaron el Acuerdo gubernativo de marras que da lugar a esa ilegalidad y aberración jurídica en el país. Y ese acto de decencia significó para los ministros ser llamados para que dieran "explicaciones" a dos diputados de la Comisión de Energía del Congreso, quienes los regañaron por no haberse alineado al resto del gabinete y por no haberse prestado a los intereses de la transnacional y a la depredación del territorio nacional.  Me pregunto de verdad si los dos diputados citarán al resto del gabinete para que expliquen el por qué si avalaron la extensión ilegal del contrato, pero de antemano sé que la respuesta es no, porque a sus amos ni les interesa, ni les conviene. ¡Ojalá se les recuerde este acto que termina de deshonrar al Congreso de la República, cuando sea el proceso electoral!
"No estoy de acuerdo con lo que dices, pero defenderé con mi vida tu derecho a expresarlo" dijo el sabio Voltaire. Y estos dos señores parecieran decir con sus acciones "No estoy de acuerdo con lo que piensas y perderás la vida por tu derecho a expresarlo".  Y como parecieran desconocer el significado del derecho al disenso, quisiera ilustrarlos un poco. Comencemos entonces por entender que significa disenso: Disenso significa, antes que nada, otro sentido, divergencia, contrario parecer, desacuerdo. Disentir es una actitud libre, personal o colectiva, de afirmar otra cosa a la propuesta. Psicológicamente es la primera actitud del ser humano, al reconocerse como otro distinto de los padres, para convertirse en adulto. El disenso enriquece el obrar humano y consolida una sociedad plural, al mismo tiempo que invalida cualquier intento homogenizador o totalitario.
El disenso no se agota en el afirmar lo que no se quiere (en la negación) sino que logra su plenitud en el pensamiento (teoría alternativa) y la actitud (práctica) no conformista a la dada. Es el origen del pensamiento y la conducta alternativa al orden o la normalidad constituida. Es que el consenso, lo hemos visto en demasiadas ocasiones, no puede servir como fundamento de la legitimidad política de la democracia porque siempre es el resultado de un acuerdo de partes con poder en la sociedad  que puede conducir, y de hecho ha ocurrido infinidad de veces en la historia del mundo, a resultados aberrantes (consenso tuvieron quienes condujeron la lucha contrainsurgente en este país, consenso tuvieron los generales de Hitler antes de masacrar a pueblo judío y consenso tienen los militares israelitas a la hora de masacrar al pueblo palestino. Consenso tienen quienes colocan bombas que matan inocentes y consenso tienen quienes usan el extremismo religioso para perpetuar la muerte).
A contrario sensu, surge entonces el disenso en su función ético-política por antonomasia, como origen de la legitimidad política de la democracia pluralista y participativa, y no la democracia acuerdista, de pactos o logias, que se caracteriza por tomar las decisiones antes de la deliberación. Esto es, transforma la deliberación de las partes en un simulacro "para la galería". Y para los oídos de los dos diputados, el disenso es el valor intrínseco del Derecho a la Libertad de Expresión, consagrado en la Constitución Política de la República de Guatemala y en los tratados y pactos internacionales sobre derechos humanos, fundamentalmente los derechos civiles y políticos.  Pero conociendo de donde vienen, y hacia donde van estos dos personajes de caricatura, no debe sorprender su reacción hepática ante el voto razonado de tres funcionarios que antepusieron su conciencia a los intereses particulares de una transnacional y demostraron con ello que la dignidad se encuentra, incluso, en los lugares menos esperados.
Y el voto razonado de los tres ministros fue distinto en cada caso. Uno de ellos se opuso a razón de su cultura maya, muy vinculada con el respeto a la tierra madre. Otro se opuso por razones técnicas, argumentadas adecuadamente, y con años de experiencia acumulada en la lucha conservacionista del medio ambiente. El otro por razones éticas y morales. Un disenso, tres razones. Pero esto molesta a los del puño y a los de la pirámide, porque ellos son pagados por intereses oscuros y con moneda extranjera.  Mientras tanto apañan las ilegalidades documentadas de la ampliación del contrato de explotación petrolera, y no piden cuentas al Presidente que se negó a aceptar la oferta de parlamentarios alemanes para evitar el ecocidio planificado.
Vale la pena, de verdad, conocer los votos razonados, las razones técnicas, jurídicas y de conciencia que esgrimen. Y se entiende la preocupación de quienes ahora los hostigan por su derecho al disenso: esos tres votos razonados son prueba irrefutable de las ilegalidades cometidas en las ampliaciones, que deberán ser tomadas en cuenta en los diferentes procesos legales abiertos para detener semejante delito. El Ministro de Gobernación, por ejemplo, argumenta que el Acuerdo de marras viola los artículos 64 y 97 de la Constitución y en el artículo 8 de la Ley de Protección y Mejoramiento del Ambiente. El ministro de Cultura y Deportes se fundamenta en el Convenio 169 de la OIT y a las consultas a los Pueblos Indígenas, que sistemáticamente han rechazado la explotación petrolera como alternativa de desarrollo, entre otros argumentos. Pero tal vez su argumento de mayor peso es que, en el proceso de ampliación del contrato, se aplicó la ley conocida como Fonpetrol de manera retroactiva, lo cual viola el debido proceso y el Estado de Derecho. Por su parte, el Ministro de Medio Ambiente y Recursos Naturales se opuso porque considera que se vició el proceso al alterarse y mutilarse el dictamen de impacto ambiental contenido en el Plan Maestro de manejo de la Laguna del Tigre, fundamentalmente en lo concerniente a la explotación petrolera en dicho parque. En su voto razonado, el Ministro dice que: “Estimo que con la suscripción y aprobación del contrato 2-85 se estarían vulnerando las normas jurídicas, por lo que razono mi voto adverso al acuerdo gubernativo por el que aprueba ese contrato de modificación, ampliación y prórroga”
Y, por su derecho a disentir,  los inquisidores del Congreso,  entonces, los condenan a la hoguera. Creo, sinceramente que ya va siendo hora que pongamos un hasta aquí a quienes manipulan la democracia y el Estado de Derecho. Creo sinceramente que todas las personas de pensamiento democrático deben analizar cuidadosamente su voto en Septiembre 2011 y no votar por aquellos que niegan la libertad de expresión y el derecho al disenso....

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