traslate this blog

sábado, 14 de julio de 2012

Una de esas noches

Comenzó como una noche cualquiera, sentado frente a la computadora, revisando correos, recorriendo recuerdos... me topo con uno tuyo y comienzo a repasar el libro de correos que una vez nos escribimos. Veo tu rostro, tu mirada, tu sonrisa en cada una de las letras que leo, de las canciones que nos dedicamos que vuelvo a escuchar y que rompen el silencio de la noche. Revivo la magia, recuerdo momentos, lugares, caminos y veredas que juntos, y tomados de la mano, una vez caminamos. Recorrimos juntos el continente, o al menos así pareció en ese momento: 5 países, un sólo recuerdo.

Locuras del tiempo y del momento. Recordar es volver a vivir, dicen, pero también recordar es abrir heridas olvidadas, desenterrar memorias guardadas en lo más recóndito del alma. Al final de la noche, y en recuento, son más los buenos que los malos momentos, y entonces decido que valió la pena el recorrido de más de 2500 correos que en su momento escribimos e intercambiamos. Algunos verdaderos capítulos de un amor que en su tiempo fue sincero, otros simples retazos diciendo "te extraño, te amo, te pienso, te recuerdo". Otros más con vídeos y mp3 con la música que nos gusta, que te gusta o que me gusta... nunca nos sentamos a hablar de que te gustaba a mí, de que te gustaba a ti, pero en el intercambio hicimos de tu música, de mi música, nuestra música y eso fue lo bueno.

Después de la lectura, vino una noche de desvelo, de memorias perdidas y reencontradas. Caminar por esa construcción de la historia de dos, entre la luna y el sol, no fue tan complicado. Pero dejar el camino en el recuerdo sí, y entonces decido que tu memoria tiene la facilidad de o atormentarme o desvelarme, que al final puede ser o no ser lo mismo. Sinceramente, prefiero pensar que es un dulce tormento, sin masoquismos, pero si sincera y decididamente un dulce tormento. En esa vorágine de recuerdos se encuentran guardadas las fotos que tú y yo nos tomamos y que solo tú y yo vimos (y las que sólo tú y yo sabemos todo lo que encierran). En esa vorágine de recuerdos se encuentran guardadas las fotos que dan fe de esos cinco países que conocieron la pasión con que vivimos el romance que comenzó entre dos mundos y terminó entre dos (y con dos)  personas más humanas, pero posiblemente también más solas. Podrán haber otros soles, podrán haber otras lunas, pero me pregunto ¿podrán borrar los recuerdos de esos caminos, de esos lugares, de esos momentos, de esos sentimientos que una vez nos tuvimos y que cada cuando en vez, regresan como fantasmas a robarme el sueño, a despertar memorias? La verdad, lo dudo

Al final de la noche y del desvelo, decido quedarme con tu recuerdo, sin rencor, sin añoranza, simplemente con tu recuerdo. me quedó entonces con la imagen de aquella foto tomada en el puerto de Buenos Aires, donde caminamos agarrados de la mano y un turista cualquiera se ofreció a guardar en la cámara la memoria de ese momento. Y luego la cambio por aquella en el restaurante del barrio chino donde tomamos cerveza y reímos de todo y de nada, o de aquella otra en la pizzeria de Palermo, donde, de camino al hotel, casi hicimos el amor en medio de la calle.  Y finalmente me quedo con aquella en el barrio de la Boca, el barrio que nos vio buscar desesperadamente un baño para amarnos sin prejuicios, sin penas ni vergüenzas. Y de repente me traslado a Cartagena,a aquella playa donde hicimos el amor en el mar, frente a todos, sin que se dieran cuenta. O a Antigua Guatemala y Panajachel, donde tomamos esa foto que tanto te gusta, que tanto me gusta, con el lago de fondo, y el volcán vigilando. Me pregunto ¿Te acordarás vos de esas imágenes que allí están, que no son invento mío?

Así de intensa y corta fue esa historia de dos, entre la luna y el sol. Y así de intensos son hoy, después de leerte, de leerme, de leernos. los recuerdos de ese camino que recorrimos juntos, de la mano, entre el sol y la luna, y más allá...

3 comentarios:

  1. Toda esa magia descrita, aunque parezca ficción, fue pura realidad...realidad que nos tomo por sorpresa y que nos dejó entre la luna y el sol, donde solo vos y yo conocemos

    ResponderEliminar
  2. Mi querido autor, creo que esta es una historia que muchos quisieran haber vivido, creo que es mejor haberla vivido y tener por lo menos el recuerdo.

    Imagino que la dueña de tus emociones piensa igual, pues un amor por direntes paises y entregarse en diferentes zonas horarias debe agregar un plus de emociones que no se borran con facilidad, como bien decis los recuerdos pueden robarte el sueño, pero seguramente te ponen una sonrisa en la cara en tus momentos de soledad.

    Un abrazo en la distancia desde Nicaragua

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. Nica, me sorprende tanta dulzura de tu parte...pero si, tenes toda la razón...y eso porque fuiste parte de esta historia y compartiste hasta el PIS... :)

      Eliminar